Desde el Gobierno porteño criticaron la decisión del sindicato de realizar una medida de fuerza que afecta el normal dictado de clases, aunque también aseguraron que el paro tuvo un "bajo acatamiento".
"No somos nosotros los que estamos cerrando grados. Son ellos los que cierran los grados porque los maestros no van a trabajar", señaló el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich.
Por su parte, el gremio Ademys reclamó por la derogación del decreto 1990 y de la disposición nº 15 del del 29 de febrero pasado "que determinó el cierre de 221 grados y cursos".
Ayer, Bullrich se reunió con representantes de los 17 gremios porteños, donde se propuso conformar una mesa de trabajo para tratar la posible derogación del decreto 1990 y reemplazarlo por una nueva normativa para que en los años venideros se ordene la matricula en la ciudad, posibilitando la integración de cursos en aquellos que tengan menos de 15 alumnos.
Al respecto el titular de la cartera aseguró que el actual decreto "no permite una discusión abierta para relocalizar los recursos docentes, atento a la falta de maestros que hay en la Ciudad".
El funcionario aseguró que "el decreto 1990 no es productivo para la educación pública" y la propuesta contó con la aceptación de parte de los representantes gremiales.
Entre las medidas presentadas se incluyó la apertura de 228 secciones (salas, grados y cursos): 134 en el nivel inicial, 13 en el nivel medio, 5 en el nivel técnico, 69 en educación especial y 7 en adultos y adolescentes.
También contempló la creación de 52 salas de inicial y la apertura de 601 cargos docentes: 250 en nivel inicial, 52 en primaria, 60 en media, 18 en técnica, 189 en especial y 32 en adultos y adolescentes.
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